viernes, 10 de febrero de 2017

The Divine Comedy en el Palau de la Música Catalana, Festival Mil·leni 8-2-17

Llevo 20 minutos mirando la pantalla del ordenador, dispuesta a escribir la crónica de este concierto, intentando encontrar las palabras adecuadas para explicar cómo fue el mejor concierto en el que estado sin pecar de demasiado fan y explicar de forma objetiva como Neil Hannon y los suyos hicieron temblar el Palau de la Música Catalana y bordaron un set de 2 horas con un setlist impecable. Pero no puedo. Así que me disculpo de antemano. Si buscáis una crónica de lo que ocurrió el pasado 8 de febrero en Barcelona que sea objetiva tendréis que ir a otro sitio. 


En primer lugar, hay que hablar de la idoneidad del lugar en el que se llevó acabo el concierto. El Palau de la Música Catalana un edificio modernista que destaca por sus impresionantes esculturas y por su belleza. No había otro sitio mejor para que se celebrara este directo. Incluso el propio Neil Hannon bromeaba durante el concierto que eran el peor grupo que había pasado por ese escenario (yo discrepo muy notablemente). Desde aquí felicitamos a la organización del Festival Mil·leni por su más que acertada decisión. 

Antes de entrar a hablar del concierto en sí, es justo que le dedique unas líneas a Lisa O'Neill, la telonera de The Divine Comedy en esta gira. O'Neill nos hizo un precioso set de aproximadamente media hora acompañada únicamente de guitarras y su particular voz. En ella además de bromear de forma constante, nos deleitó con temas tanto de su último disco Porthole In The Sky como con su primera canción, que según nos comentó no suele tocar pero encontrarse tocando en un lugar tan bonito como el Palau hizo que se sintiera con ganas de compartir ese tema con nosotros. 
Sin duda, estaremos pendientes de los trabajos de Lisa O'Neill y esperamos en un futuro no muy lejano poder estar viéndola en un concierto propio en nuestro país. 


Y ahora sí. Al lío. 
A las 9:45 en punto hacían acto de presencia los músicos que forman The Divine Comedy en esta gira. Unos instantes después, y justo antes de comenzar a sonar Sweden (canción que forma parte de su álbum Fin De Siècle) Neil Hannon aparece en escena vestido de Napoleón. Se cae el teatro. La formación de músicos llama la atención porque son, contando al propio Hannon, en total 6. Llama la atención porque los discos de The Divine Comedy destacan por su cantidad de instrumentación y sus arreglos orquestales. Sin embargo nadie los echó de menos. El músico irlandés y los suyos se las apañaron para sonar en muchas ocasiones de forma muy similar a una. Esto sobre todo llamaba la atención en canciones presentes en los trabajos anteriores como The Frog Princess, la antes mencionada Sweden o Daddy's Car.


Además de presentar canciones de su último disco Foreverland (del que ya os hablamos aquí) y repasar sus grandes éxitos, The Divine Comedy también tuvieron tiempo para deleitarnos con algunos de sus temas menos conocidos como Count Grassi's Passage Over Piedmont en la que además, Neil Hannon nos dio una clase magistral de geografía utilizando el globo terráqueo mueble-bar que tienen en el escenario. 
Neilpoleon,esto es, Neil Hannon vestido de Napoleón duró hasta The Certanty Of Chance. En el momento de la coda de esta canción, el irlandés desapareció un segundo del escenario para después volver vestido de banquero para interpretar 2 canciones de su anterior trabajo, The Complete Banker (canción que dedicó en español a todos los banqueros) y la que da nombre a este disco Bang Goes The Knighthood. 

Durante todo el concierto, Hannon hizo uso de su particular carisma y su peculiar sentido del humor haciendo bromas con el público, hablando con las estatuas que formaban parte de la exquisita decoración del Palau, dramatizando y actuando en canciones como la antes nombrada The Complete Banker y Our Mutual Friend, en la que acabó tumbado en el suelo y cantando desde una butaca vacía del público, según él, era la atmósfera del teatro que le invadía. 
Siempre divertido, antes de la reaparición de Lisa O'Neill en el escenario para interpretar Funny Peculiar, puso un poco de música en un tocadiscos portátil y sirvió bebidas a todos sus músicos mientras bailaba y jugeteaba por el escenario.
Otra de las anécdotas del concierto es que Hannon se olvidó de la letra de A Lady Of Certain Age y entre risas de sus músicos se disculpaba y bromeaba. 

Foto: Uxía Gayoso.

Con la frase "Anem a desfassar" (sí, en catalán), Neil Hannon daba comienzo a lo que sería el fin de la primera parte del concierto, en la que nos pidió que nos levantáramos de nuestros asientos y nos moviéramos con la música. Aquí disfrutamos de canciones como Something For The Weekend y National Express. The Divine Comedy se despidieron de nosotros, para aparecer inmediatamente después listos para el bis. 
Las canciones que lo conformaron fueron Assume The Perpendicular (a nivel personal, una de mis favoritas), A Drinking Song, canción en la que Neil bromeaba con sus músicos y con el público, y la obligatoria para cerrar cualquier concierto de The Divine Comedy la más que hermosa Tonight We Fly. 

Foto: Uxía Gayoso

En una nota más personal (sí, más), simplemente decir que por mi parte, a pesar de que yo ya era bastante fan (plasmado queda en la cantidad de artículos que les he dedicado en este blog) se han ganado una fiel seguidora que siempre que pueda hará más de lo posible por volver a verlos en directo. Neil Hannon demostró el pedazo de músico y showman que es y cómo se puede montar un gran espectáculo sin necesidad de las pretensiones de una estrella de rock. Hizo un concierto humilde, sencillo y con el que todos los que estuvimos allí pudimos conectar y disfrutar. 
Y esta es la historia de como un irlandés vestido de Napoleón salió a conquistar un escenario y acabó conquistando mi corazón. 


Todas las fotos: Claudia González excepto donde se indica. 

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