viernes, 29 de abril de 2016

Travis - Everything at once

En esta sociedad, ahora especialmente con el auge de la música electrónica y con el surgimiento constante de grupos copias incapaces de crear algo distinto se nos olvida que la música, sobre todas las cosas, es emocional. Toda la prensa especializada y todos los blogs como este nos empeñamos en analizar los discos y las canciones como si se tratara de algo lógico, comprensible del que podemos sacar resultados si la sometemos a una serie de criterios o algoritmos, pero no es así. Es posible que matemáticamente se llegue a la conclusión de que una canción es buena o no, pero eso no va a hacer que a todo el mundo le guste. 
Una canción nos gusta cuando es capaz de hacernos reaccionar de una forma concreta. Nos puede emocionar, nos puede sacar una sonrisa, nos puede hacer bailar, nos puede llevar lejos, pero también nos puede despertar odio incluso repulsión. Si ha habido un grupo que hasta ahora, no solo ha sido consciente de ello, sino que ha convertido la capacidad de emocionar y transmitir en su signa de identidad son Travis. 

La banda escocesa que lleva en activo más de dos décadas y que empezó a darse a conocer con los últimos resquicios del britpop en 1995 con su primer disco Good Feeling. Veintiún años y con 7 discos más a sus espaldas, hoy Travis nos presentan su octavo disco Everything At Once que no tiene nada que envidiar a sus otros álbumes y que nos demuestra que este cuarteto de Glasgow tiene cuerda para rato. 


En este disco Travis son capaces de innovar en su sonido manteniendo gran parte de sus rasgos característicos, destacan los arpegios de guitarra en el trasfondo de las canciones, la voz de su cantante y principal compositor Fran Healy (autor de todas las canciones presentes en todos los discos menos este y el anterior) que es un factor muy importante en la emotividad que transmiten las canciones y suena tan increíble a como estamos acostumbrados a oírla. 
El primer tema que se conoció de este álbum fue el que da nombre al disco, Everything At Once. Se trata de una canción que dista mucho del sonido habitual de Travis (de hecho está compuesta por el bajista Dougie Payne), un tema que a primera instancia no llama la atención pero que con las escuchas va ganando, "le vas pillando el puntito". Esta es probablemente la canción que más llame la atención a aquellos que han oído algún trabajo anterior porque dista mucho del estilo de la banda y del disco en general. 
Destacamos el vídeo también, porque cuenta con la participación del actor Daniel Brühl (Malditos Bastardos, Capitan America: Civil War)

Otra de las canciones que destacamos del disco por ser un sonido poco asociado a trabajos anteriores del cuarteto escocés es el penúltimo corte del disco, Idlewild, que cuenta con la colaboración de Josephine Oriyama, en la que encontramos unos ritmos distintos, un piano muy presente en toda la canción, a Fran Healy cantando de forma menos melódica a la que nos tiene acostumbrados e incluso más grave. Este tema tiene muchas influencias de Wreckorder, el disco que Healy sacó por separado en 2010. 

Everything At Once también nos da una muestra, aunque breve, de los Travis más rockeros (como los que podíamos ver en Ode To J.Smith o Good Feeling) en las canciones 3 y 4 del disco, Radio Song y Paralyzed respectivamente en las que se destaca las guitarras distorsionadas, un sonido más elevado y una percusión más potente. 



El resto del disco nos trae un sonido muy Travis. Melodías que a simple oída pueden parecer simples pero que tienen una gran cantidad de armonías, canciones que son capaces de transmitir grandes emociones, capaces de sacarte una sonrisa o una lágrima dependiendo de momento personal. Desde aquí nos gustaría destacar los temas Magnificent Time, 3 Miles High y, sobre todo, la que nos ha parecido la mejor canción del disco, Strangers On A Train, compuesta por su guitarrista Andy Dunlop. 


El disco, como unidad, tiene muchos cambios de estilo que la primera vez puede parecer que quedan un poco bruscos pero que tras un par de escuchas esta transición se hace mucho más natural. Hará delicias a aquellos que sigan a Travis desde hace tiempo, porque a la vez que nos ofrecen sonidos y matices nuevos, se mantienen muy fieles a su estilo, siempre tan característico, tan emocional. 
Para recién iniciados y gente que tiene curiosidad sobre este grupo, quizás no sea un buen disco para empezar, personalmente iría con The Invisible Band o The Man Who, pero quién sabe, nunca está de más darle una oída, quizás os sorprenda. 



Y ya en una nota más personal que para mí Travis son como la vida misma, a veces alegres, tristes, en ocasiones enfadados. Simples, complejos, sorprendentes, familiares, impredecibles, contradictorios o sinceros, pero siempre, siempre fieles a su naturaleza. Me fascina la facilidad con la que transmiten sus emociones y te enseñan que todas son importantes, y esto es lo que los hace tan especiales. 




2 comentarios:

  1. Enhorabuena por tan completa y amena reseña. De paso, Felicidades al Blog por su primer aniversario. Resulta sorprendente lo mucho andado en tan poco tiempo.

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  2. A veces siento que The Beatles han sido superados, y creo no estar loco para nada. Genio Fran.

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