Fuente: Jose Carvajal
Desde la apertura de puertas (a las 14:00) hasta la última canción de Dorian (que cerró el festival) los horarios se respetaron rigurosamente. El único problema fue el descontrol que hubo en el acceso de los acreditados como prensa, que tuvimos que esperar media hora más de lo esperado para poder acceder al festival (cuando Éter ya estaba tocando). Aún así, fueron pocos los fallos teniendo en cuenta que era la primera edición de este festival, lo principal para próximas ediciones sería mejorar el aspecto de control de los accesos y seguridad. Respecto al sonido, la distribución del espacio en el recinto o las luces, la organización del En Órbita supo aprovechar los recursos que tenía a su disposición y por ello el espectáculo ofrecido fue inmejorable. Cabe destacar la velocidad con la que los técnicos montaban y desmontaban el equipo de cada grupo, de tal forma que entre actuación y actuación transcurrían menos de 15 minutos.
Éter abrió el festival y debido a la temprana hora a la que comenzó el evento, los asistentes no prestaron gran atención a la actuación del grupo granadino y prefirieron buscar sitios a la sombra, echar un vistazo al merch o comprar unas cuantas bebidas. Sólo algunos valientes permanecieron desde el primer momento agarrados a la barrera, intentando preservar su sitio privilegiado luchando contra el sol, la sed y el hambre. Nunatak hizo vibrar al público que ya se acercaba más al escenario por lo que venía justo después. Fue entonces cuando Carlos Sadness entró en acción, a una hora poco coherente en relación al espectáculo que ofrece este artista, acostumbrado ya a tocar a "horas puntas"(a partir de las 8 de la tarde). Como ya predije en el post previo al festival, la actuación de Carlos fue sin duda una de las mejores del festival. Con un repertorio más corto de lo normal y a una hora en la que la temperatura no ayudaba, fue capaz de hacer que el público granadino sintiera una electricidad tropical interior canalizada en un baile continuo. Temas como Au Revoir o Celeste unidos a los ya clásicos Miss Honolulu o Perseide fueron los culpables de que los asistentes sudaran más de la cuenta.
A las 16:50, con un público ya caliente tras la actuación de Carlos Sadness, comenzó uno de los momentos más intensos de todo el festival, la actuación de Ángel Stanich y su genial banda. Quedó demostrado que Stanich no se ha consolidado en la escena independiente nacional por mero azar.El momento que resume la intensidad que transmite Ángel quedó reflejado cuando bajó junto a su guitarra a tocar con el público el final de Metralleta Joe. Full y Maga, contraste entre lo consolidado y lo emergente en potencia, consiguieron mantener el listón de calidad marcado por Stanich y Sadness. Fue en esta parte del festival cuando comenzó a entonarse una oda a la hermandad entre grupos. Miguel Rivera colaboró con Full, y, más tarde durante el concierto de Maga, Juan Alberto de Niños Mutantes saltó al escenario ocupado por los sevillanos. La entrada en escena de Niños Mutantes marcó el comienzo de la recta final del festival. Celebrando sus 20 años, los granadinos celebraron en su tierra su longevidad, haciendo vibrar al público con temas como Náufragos, Hundir la flota o Las noches de insomnio. Aparecieron en escena Marc de Dorian, Carlos Sadness(con su especial versión de En la tierra) y Miguel Rivera, que habían colaborado en Mutanciones, el disco homenaje a los 20 años de los mutantes en el que varios artistas nacionales versionan sus temas más representativos. En definitiva, la actuación de Niños Mutantes fue probablemente la más especial del festival. Los encargados de cerrar el festival fueron Dorian. He de decir que para mi fue el momento de más emoción de la noche, y es que pocos grupos son capaces de hacer lo que hace Dorian en directo. Si su actuación en el Granada Sound 2015 fue increíble, lo del pasado sábado no se queda atrás. Personalmente me quedo con Corta el aire, canción que nunca había tenido la oportunidad de escuchar en directo y que dejó al público de Granada congelado en emociones. Y es que, ¿Para qué creer en Dios si podemos ver a Dorian en directo?. La primera edición del En Órbita no defraudó. Es cierto que hubo pequeños fallos (de seguridad como ya dije antes), pero seguro que para futuras ediciones la organización toma nota y los corrige. En definitiva, puedo afirmar que la mayoría de los asistentes están deseando repetir en los próximos años, yo incluido. Granada seguirá girando! Para más imágenes del festival haz click aquí. Fotografía: José Carvajal Jose. @_jcarmar |
lunes, 23 de mayo de 2016
Granada orbitó
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