miércoles, 20 de enero de 2016

Blackstar o Crónica de una muerte anunciada.

Como todos a estas alturas ya sabréis, el pasado domingo (10-01-16) nos dejó uno de los mejores músicos que ha habido y que habrá, una auténtica leyenda. David Bowie murió a los 69 años de edad víctima de un cáncer, tras haber publicado disco el día de su cumpleaños, tan solo 2 días antes de su fallecimiento.


La inesperada noticia me golpeó con la intensidad de las primeras notas de la quinta sinfonía de Beethoven. Cuando piensas en leyendas de este calibre, gente como Mick Jagger, Bob Dylan o Paul McCartney no caes en que son meros mortales como tú, simplemente piensas que se han ganado la inmortalidad y que estarán ahí para siempre. Pero no, aunque en cierto modo hayan conseguido esa inmortalidad gracias a sus obras y canciones, ni ellos se libran de la larga sombra de la parca.
Con Bowie ocurre lo mismo pero de forma distinta, de él me lo esperaba menos si cabe. De alguna forma imaginé que llegado el momento una nave nodriza vendría de su planeta a llevarse a este irrepetible personaje, ya que un ser humano de tanto talento no puede ser terrestre. Pero no, nadie se lo esperaba, a pesar de que su último disco (Blackstar) casi lo gritaba a los cuatro vientos.


Blackstar vio la luz, como antes hemos comentado, el día 8 de enero, coincidiendo con el cumpleaños del cantante, cosa que ya hizo con su disco anterior The Next Day, con el que rompió un silencio de 10 años que se produjo después de la publicación de Reality en 2003. El disco a pesar de contar solo con 7 canciones, tiene una duración de aproximadamente 40 minutos y sin duda mantiene el nivel que todos esperamos del artista. 
En el disco Bowie a nivel musical nos deleita con una mezcla sublime entre el rock y el jazz, que se hace presente en los ritmos y en los instrumentos de viento introducidos en gran parte de las canciones. 
Blackstar y Lazarus comparten la temática central de la muerte, con la excepción de en Blackstar se refiere también a ISIS y a los conflictos de Oriente Medio, y destaca por la gran atmósfera que crea, además de por larga su duración. Lazarus, a pesar de hablar de la muerte también, lo hace desde un punto de vista más personal y emotivo, incluso podemos notar como se le quiebra la voz al cantante en ciertos tramos de la canción. 


'Tis A Pity She Was A Whore y Sue (Or In A Season Of Crime) son canciones que ya conocíamos puesto que fueron lanzadas en un single independiente como caras A y B del mismo respectivamente, y desentontan en cierto modo con la temática central del disco a nivel lírico pero encajan a la perfección en lo musical. 
El quinto corte del disco llamado Girl Loves Me, nos deja una temática poco clara debido a la utilización de una mezcla de la jerga de la novela La Naranja Mecánica y la que se utilizaba en los bares gays de Londres de los años setenta.
Por último, el disco se cierra con Dollar Days y I Can’t Give Everything Away, canciones en las que cuestiona el legado que dejó en el mundo y canta sobre la muerte de forma mucho más personal que en las anteriores pistas. Y así, como no podía ser de otra forma, David Bowie nos dejó a su manera, utilizando la música para dar el adiós definitivo con uno de sus mejores trabajos en los últimos años, haciendo de su muerte una obra de arte.



De esta forma acaba la carrera de uno de los músicos más prolíficos de todos los tiempos, uno de los pocos que ha sido capaz de cambiar, anticiparse a los estilos, marcar tendencia, reinventarse con una facilidad pasmosa, ya sea a través de sus numerosos e inolvidables personajes como Ziggy Stardust o el Thin White Duke, o siendo él mismo, siendo capaz a su vez de mantenerse como artista sin perder (demasiado) el norte. Una persona que cambió el mundo, no solo en lo musical, sino en lo social introduciendo ideas como la bisexualidad en una sociedad que no estaba preparada, pero que tuvo que aguantarse y vivir con ello. 


Su despedida, quizás la cosa más Bowie que el propio Bowie ha hecho jamás (hacer un disco dedicado entero a la muerte y a despedirse y que nadie se esperara lo ocurrido 2 días más tarde) nos hace a la idea de la clase de artista que despedimos el día 10 de enero, haciendo así, que el que parecía ser un domingo cualquiera en la historia del mundo, se convirtió de repente en el día en el que un gran hombre llamado David Jones nos abandonó para siempre, pero, la leyenda que es David Bowie sigue y seguirá por siempre con nosotros.

No hay comentarios:

Publicar un comentario